España es el cuarto destino turístico del mundo. El sector turismo representó más de un 10,5 % del producto interior bruto del país en 2012 y juega un papel clave en nuestro desarrollo económico, tanto por el volumen de puestos de trabajo que genera, como por los efectos indirectos favorables sobre otros sectores productivos de la economía.
Más concretamente, el sector hotelero registró unos 281 millones de pernoctaciones en 2012, muy por encima de la media europea. Además, se trata de un sector saneado y estable, que ha sido capaz de sostener la ocupación y la tarifa media diaria entre el 2008 y el 2012, a pesar de la crisis.