La temperatura de una caldera de condensación debe regularse de forma adecuada, siempre atendiendo a las indicaciones del fabricante y a lo que digan los técnicos, ya que esta puede variar dependiendo de la zona en la que esté funcionando.

Además, hay una temperatura en la que la caldera es más eficiente, lo que quiere decir que sigue calentando las instalaciones con un gasto energético mucho menor.

¿Cuál es la temperatura de agua ideal para la caldera de condensación?

La temperatura de la caldera de condensación suele estar entre los 55 y los 60 grados, siempre pensando en sistemas que funcionen con radiadores convencionales, que, por su facilidad de mantenimiento, son los más comunes en lugares públicos.

En el caso de tener suelo radiante, la temperatura de la caldera de condensación sería inferior, ya que aquí la ideal está entre los 35 y los 45 grados, lo que implica un consumo de combustible menor en su establecimiento.

¿Qué factores influyen en la temperatura de una caldera de condensación?

Hay algunos factores que influyen en los grados a los que está el agua de la caldera, los cuales se pueden regular tanto hacia arriba como hacia abajo.

La temperatura exterior

El frío está muy relacionado con la temperatura de la calefacción en una caldera de condensación, puesto que es un factor clave en este aspecto y el que más influye.

Lo usual es que estas calderas tengan una sonda de temperatura exterior, de forma que la misma caldera se autorregule, aumentando la temperatura de impulsión si el ambiente fuera es muy frío, como ocurre en pleno invierno.

Una vez que llega la primavera y la temperatura exterior es más alta (pero aún es necesaria la calefacción), gracias a esta sonda, la caldera calienta menos el agua. De esta forma, se mantiene el confort y se reduce el consumo del equipo.

La temperatura interior

Existe un tipo de termostato que se llama “modulante” y que se distingue de otros porque es capaz de cambiar el comportamiento de la caldera sin intervención humana, es decir, sin que haya que modificar la temperatura del agua de forma manual.

Miden la temperatura ambiente de manera constante, por lo que la temperatura del agua de la caldera varía en función de si hay mucha diferencia entre la temperatura actual y la que se ha colocado en el termostato. Si apenas hay variación entre la temperatura del interior del establecimiento y la que se está demandando en ese momento, el termostato da la orden a la caldera con el fin de que caliente menos el agua.

Por el contrario, si hay muchos grados de diferencia, la orden es la opuesta. De forma momentánea sube la temperatura de impulsión, alcanzando antes los grados deseados.

Tanto el confort térmico que es posible alcanzar como el gasto de combustible los marca la temperatura de la caldera de condensación. Nuestros técnicos pueden ayudar en ese aspecto, revisando su caldera y ajustando la temperatura del agua para encontrar el compromiso entre comodidad y eficiencia.

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