Reducir el consumo de energía sin renunciar al confort es posible haciendo un uso inteligente de ella; día a día se consumen grandes cantidades de energía, gasto que se multiplica en el caso de las grandes industrias, por eso es importante seguir ciertas pautas de consumo responsable que eviten desperdiciarla.

La energía que se utiliza proviene del carbón, del gas, hídrica, nuclear, del petróleo y, solo un pequeño porcentaje, de energía renovable. Esto supone un problema, pues los combustibles fósiles, además de ser finitos y cada vez más escasos, resultan realmente nocivos para el planeta y ponen en riesgo su futuro y sostenibilidad.

Por esta razón la Unión Europea (UE), consciente de que el aumento de la población mundial conlleva también un aumento de la demanda y consumo de energía, lleva años estableciendo medidas que promuevan una transición energética caracterizada por consumos más responsables provenientes de energías más limpias.

En este sentido se han planteado firmemente soluciones a la problemática, centrándose en tres objetivos principales que ayuden a esta transición energética tan necesaria:

  • Seguridad de abastecimiento.
  • Competitividad.
  • Sostenibilidad.

Con el fin de lograr estos objetivos se han querido establecer unos propósitos de carácter más específico a cumplir con fecha límite en los años 2020 y 2030.

Objetivos para 2020

  • Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 20%, respecto a los niveles de emisión de 1990.
  • Obtener fuentes renovables, en un mínimo de 20%
  • Aumentar la eficiencia energética en un mínimo de 20%.

Objetivos para 2030:

  • Reducir la emisión de gases de efecto invernadero al menos un 40% en relación a los niveles de 1990.
  • Elevar la cuota de energía de origen renovable al menos un 27%
  • Aumentar la eficiencia energética en un rango de 27% y 30%.

Con esto, la UE deja ver su plan de avance en el territorio europeo con el que lograr un suministro energético más cercano, seguro y sostenible, tanto a nivel doméstico como industrial.

Aspectos positivos

  • Desarrollar una economía sostenible, con una disminución de las emisiones de carbono producto de la eficiencia energética; además, manifestar un respeto hacia el medio ambiente.
  • Contribuir a la eficiencia energética como respuesta al calentamiento global, liderando la producción de energías renovables.

Para sumarse a este estándar de consumo responsable puede contactar con nosotros para realizar una auditoría energética. Con ella conocerá la calificación energética de su instalación y obtendrá propuestas para hacerla más eficiente, reduciendo sus costes operativos.

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